lunes, 8 de abril de 2013

La Inteligencia

Qué sucede al escuchar la siguiente afirmación:

- Esta persona es muy inteligente... sabe sumar 2 + 5...

La primera impresión es que es una afirmación errónea, en términos de que cualquier persona debiera saber el resultado de la operación indicada. Veamos el mismo ejemplo pero con más información:

- Este niño es muy inteligente... sabe sumar 2 + 5...

¿Distinto cierto? En este caso, probablemente, se considere que la afirmación es verdadera y que, efectivamente, el niño es inteligente. Dependiendo de la edad del niño, probablemente, se tienda a minimizar o maximizar el atributo de la inteligencia de manera acorde: si el niño tiene quince años será muy distinto a si tiene tres.

Si omitimos el "juicio" existente por parte de la persona que emite la afirmación (mamá del niño, hermano, conocido, jefe, etc.) ¿Qué determina que una persona sea inteligente?

La palabra Inteligencia proviene de intellegere en Latín, término compuesto de inter (entre) y legere(leer, escoger), es decir, quien sabe escoger. El diccionario de la Real Academia Española define inteligencia como la "capacidad para entender o comprender" y como la "capacidad para resolver problemas". Otra definición es como "una capacidad mental muy general que permite razonar, planificar, resolver problemas, pensar de modo abstracto, comprender ideas complejas, aprender con rapidez y aprender de la experiencia".

Desde un punto de vista operativo, la inteligencia siempre se ha asociado con la medición de un número conocido como Coeficiente Intelectual (CI o IQ en inglés). El CI se mide por medio de un examen de alternativas (un ejemplo se puede ver aquí). Según este test, una persona normal debiera tener un CI cercano a los 100 puntos. Einstein tenía un CI de 150. Ahora bien, considerando una persona con un CI alto, ¿Es suficiente?

En el libro Outliers de Malcolm Gladwell, se describe un estudio realizado por Lewis Terman a partir de 1921 en los Estados Unidos. El objetivo principal del estudio era determinar cuánto influía el CI en la vida de una persona y en los logros que pudiera realizar a lo largo de su vida. La hipótesis era simple, un niño con el CI alto, debiera ser una persona exitosa, influyente, importante, etc., a lo largo de su vida y, en este sentido, el CI podría/debería actuar como un predictor del éxito. El estudio contempló la identificación de un grupo de niños años con un CI superior al promedio y el correspondiente seguimiento a lo largo de su vida.

De 250.000 niños examinados, se seleccionó a 1.470 con el CI sobre 140, denominados, de ahí en adelante, Termitas en el contexto del estudio en referencia a Lewis Terman. Durante años se acompañó a los Termitas para ver sus logros y avances y, casi al final del estudio, el resultado fue devastador. Si bien los Termitas publicaron libros, fueron exitosos en sus negocios y alcanzaron algunos puestos de cierta relevancia, pocos de estos genios eran conocidos a nivel nacional. La hipótesis no se cumplía. Posteriormente, incluso, el sociólogo Pitrim Sorokin, demostró que si Terman hubiera elegido al azar un grupo de niños con entornos familiares similares a las Termitas, habría reunido a un grupo autor de logros casi equivalente. Por otro lado, también se descubrió que dos estudiantes que habían sido descartados en la selección inicial de Terman porque su CI no era lo suficientemente alto, posteriormente habían ganado el premio Nobel (William Shockley and Luis Alvarez).

Dejemos de lado, por un momento, el problema en la definición de éxito. Los resultados del estudio arrojaron que la hipótesis no se cumplió y que, gran parte de esos niños, no había logrado resultados mejores que el promedio. En otro capítulo del libro se cuenta la historia de un niño superdotado, aficionado a la ciencia, el que, al no tener una beca, no había logrado seguir sus estudios y, por lo tanto, se había quedado a medio camino. ¿La razón? Básicamente, que no había tenido las oportunidades correctas para acceder a las becas pero, más importante aún, que no había tenido las habilidades sociales requeridas para conseguirla. En términos simples, su inteligencia le había jugado en contra en cosas de ámbitos más superficiales.

Veamos un ejemplo relacionado. Considere el siguiente ejercicio:
Escriba todos los usos diferentes que se le ocurran para los siguientes objetos: un ladrillo y una manta.
El anterior es un ejemplo de lo que se denomina "prueba de divergencia". El objetivo principal, a diferencia de las pruebas de CI, es hacer que la imaginación se diriga (diverja) en todas las direcciones posibles. Una prueba de este tipo no mide inteligencia. Lo que mide, en cierta medida, es la creatividad. No hay una respuesta correcta, obviamente, lo que importa es la cantidad y singularidad de las respuestas. Veamos las respuestas de dos estudiantes diferentes:

Respuesta A
(usos de un ladrillo) Hacer la compra cuando la tienda está cerrada. Ayudar a sostener en pie las casas. Para jugar a la ruleta rusa y mantenerse en forma al mismo tiempo (diez pasos ladrillo en mano, media vuelta y lanzamiento; prohibida toda acción evasiva). Para poner encima de la manta y que ésta no se caiga de la cama. Para romper botellas de Coca-Cola vacías. O llenas.
 
(usos de una manta) Para tapar una cama. Para practicar sexo ilícito en el campo. Como tienda de campaña. Para hacer señales de humo. Como vela para un barco, carro o trineo. Como sustituto de una toalla. Como blanco de tiro para miopes. Como salvavidas para gente que salta de rascacielos en llamas.

Respuesta B
(usos del ladrillo) Construcción. Lanzamiento.
 
(usos de una manta) Proteger del frío. Sofocar un fuego. Como una hamaca o parihuela improvisada.

Mirando las respuestas anteriores... ¿Cuál corresponde a una persona con el CI superior? ¿La A? ¿La B?

La respuesta que corresponde es la B. Esto es lo que respondió uno de los estudiantes con el CI más alto de una escuela. Se puede apreciar que la respuesta es extremadamente concreta a diferencia de la anterior. Ahora, olvidando el CI, ¿Cuál respuesta permite identificar a una persona más creativa? Obviamente la A.

Si volvemos a la definición de inteligencia anterior, ¿Es la creatividad un atributo requerido para una persona inteligente? ¿O simplemente basta que sepa aplicar lo que ha aprendido sin errores?

La inteligencia, como atributo medible única y exclusivamente por el CI, no me parece adecuado. Al final, el CI por sí solo, no sirve si es que la persona no tiene otros elementos necesarios para, por ejemplo, comunicarse, convivir en sociedad, respetar a los otros, etc. No sirve que una persona sea un experto en matemáticas si no puede, por ejemplo, hacer algo tan básico como comunicar y compartir sus resultados con el resto del mundo.

Hay diversos atributos que se podrían considerar relevantes para complementar el concepto de inteligencia. Además de la Creatividad, uno de los atributos que siempre me ha parecido característico de personas denominadas "inteligentes", es la Flexibilidad. No desde un punto de vista corporal si no, más bien, que tengan la habilidad de adaptarse a situaciones o escenarios cambiantes. Que no sean rígidos en su manera de ver el mundo.

Conectado con esta reflexión, el otro día me enviaron el siguiente video que muestra una mirada, muy particular, de la Inteligencia y otro atributo relacionado.


¿Qué otro atributo crees que es importante para considerar a una persona inteligente?

Nota: En YouTube, los comentarios del video son realmente sorprendentes. Vale la pena mirarlos y, nuevamente, reflexionar acerca de la denominada "inteligencia" de las personas.

1 comentario:

zongo dijo...

El medio video de youtube!!!