martes, 20 de agosto de 2013

Logos... Logobook... Logorama...


Cuando estaba terminando el colegio y tenía que elegir una carrera para estudiar en la Universidad, mi primera opción era estudiar Diseño Gráfico.

Desde niño me han producido fascinación los logotipos y las tipografías (fonts). Cuando era niño, me tocó vivir un tiempo en la casa de mi hermana y me pasaba horas mirando y revisando logotipos. Mi cuñado tenía una colección compuesta por cinco libros con la recopilación de los mejores logos del mundo. Realmente era una colección increíble. Al igual que los microcuentos, los taglines y/o los graffitti´s, los logotipos logran transmitir una idea, valores, estrategias, objetivos, etc., fácil y rápidamente además de, en muchos casos, hacerse inolvidables.

Precisamente, la enorme presencia que tienen los logos (y las marcas) en el mundo contemporáneo, es lo que motivó a Ludovic Houplain, fundador de H5, a realizar un cortometraje llamado Logorama que el año 2009 ganó el Oscar al mejor Cortometraje Animado en la 82a edición.

La película, que dura 16 minutos, se puede ver en el siguiente link de Vimeo.


Para la confección de la película, Houplain y su equipo juntaron más de 50.000 logotipos. Los analizaron, ordenaron y clasificaron para ver cómo y dónde los podían utilizar en la película, es decir, como personajes, animales, decorados, objetos, vehículos, etc. (Dato Freak: hay dos logos de Chile en el libro ¿Sabes cuales son?)

Similar al juego LogoQuiz, ver la película es un ejercicio visual extremadamente interesante ya que permite apreciar el resultado de este trabajo y la utilización de los logos para contextos específicos.

Y, además de obtener un éxito enorme con la película, Houplain editó un libro recientemente, de la mano de Taschen, llamado Logobook y que contiene la colección de todos los logos que recopilaron para hacer la película. El libro está disponible, obviamente, en Amazon.com y, en Chile, en la librería Contrapunto.


Aún cuando no terminé estudiando Diseño Gráfico, sigo maravillándome con los logotipos y las tipografías razón por la que ya me compré el libro. Ahora tengo mi propia colección y podré recordar mi infancia hojeando los libros en la casa de mi hermana y de mi cuñado.

jueves, 15 de agosto de 2013

American Breakfast

Hace algún tiempo comenté sobre la noticia (Primera B) de que iba a comenzar la expansión en Chile de la cadena de comida rápida Denny's y, al parecer, llegó el momento.

El viernes pasado tuve una reunión a unas cuadras de mi oficina y cuando terminó, en vez de tomarme un taxi, decidí devolverme caminando y aprovechar el precioso día posterior a las lluvias. A medio camino, donde antiguamente estaba la Piccola Italia, está el que probablemente sea el primer local de la cadena. Remodelado completamente y con el inconfundible letrero luminoso en la parte superior. Me acerqué a ver si ya estaba abierto. Al parecer, están en las últimas etapas de capacitación interna, habilitación del local, etc., porque sólo había algunas personas almorzando en su interior las que, me imagino, serán las que próximamente trabajarán en él.

Y hoy, para mi sorpresa, salió en el diario la noticia de que a fin de mes (Agosto) se abriría el local lo que terminó de confirmar mis sospechas e, inevitablemente, se convirtió inmediatamente en una nueva tarea en mi lista de pendientes y de futuros Check-In´s en Foursquare. Para los curiosos, el local está ubicado en Isidora Goyenechea 3275 y el menú se puede ver online accediendo al sitio web de Denny's.

La última vez que fui a este restaurant me comí nada más y nada menos que un Fried Cheese Melt. Un delicioso sandwich que figuraba con 895 calorías en el menú, compuesto por "cuatro palitos de mozarella fritos, envueltos en queso cheddar y envuelto entre dos pedazos de pan tostado a la plancha, acompañado de papas fritas y salsa marinara". Honestamente, no recuerdo la salsa, pero recuerdo perfectamente el sándwich. Una delicia.


Por lo pronto, después de revisar el menú, creo que mi primera opción será desayunar un Blueberry Pancake Breakfast y, obviamente, no comer nada el resto del día.

¡Buen provecho!

sábado, 10 de agosto de 2013

La Motivación me Desmotiva

El otro día, un amigo me contó una historia increíble.

En la empresa que trabaja, todos los meses le depositan su sueldo el último día hábil del mes. Esto funcionaba perfectamente hasta el mes pasado en que no fue así. Mi amigo, como siempre, se dispuso a realizar la habitual gimnasia bancaria de principios de mes y pagar todas sus cuentas, cuando se percató que no le habían depositado su sueldo. Ante su sorpresa, envió un mail al área de RR.HH. y de Finanzas pidiendo una explicación, la cual no llegó nunca. Esperó unas horas y, al no tener respuesta, fue a hablar con el Gerente de Finanzas para exigírsela personalmente (no es una empresa muy grande por lo que esto todavía se puede hacer).

Llegó a la oficina y la secretaria le pidió que esperara un momento porque el Gerente estaba ocupado. Unos minutos después, salió alguien de la oficina y la secretaria lo hizo ingresar. Cuando entró, la secretaria cerró la puerta y los dejó solos. El diálogo a continuación:

- Hola. ¿Me dijeron que querías hablar conmigo?
- Bueno, sí, efectivamente. Tengo un problema.
- ¿Cuál? ¿Cuéntame?
- Bueno, el tema es que no me depositaron mi sueldo y necesito pagar mis cuentas.

El Gerente se quedó pensando un momento y luego le contestó:

- Si, es cierto, te pido disculpas por eso, pero la verdad no he estado bien.

Mi amigo, desconcertado, no podía creer lo que estaba escuchando.

- Lo lamento mucho pero eso... ¿Qué tiene que ver con mi sueldo?
- Bueno, sí, lo sé, lo que pasa es que he andado un poco desmotivado últimamente y se me olvidó hacer el rescate.
- ¿Desmotivado? ¿Cuál rescate?
- El rescate de los Fondos Mutuos para pagar los sueldos. Pero no te preocupes ya lo hice y, a más tardar el lunes que viene, tendrás tu sueldo depositado en tu cuenta.
- ¡Pero yo necesito mi sueldo hoy!
- Si, lo sé. Como te expliqué, el lunes contarás con él en tu cuenta.

¿Increíble cierto?

Si revisamos el diálogo, un error como la no realización del rescate es algo que, tal vez, se podría aceptar. Un error lo puede cometer cualquiera. Otro error importante, probablemente, es que no se les haya avisado a las personas que esto iba a ocurrir. También, algo que se puede mejorar. Sin embargo, ¿Es aceptable que la causa del problema sea la desmotivación? ¿Se puede considerar que la obligación de pagar los sueldos está supeditada al estado de ánimo del Gerente de Finanzas?

¿Sería razonable, por ejemplo, pensar que la vida de los pasajeros de un avión está en riesgo porque el piloto está desmotivado?

Claramente no. Pero aún cuando esto puede ocurrir, es decir, que el piloto pueda sentirse en algún momento desmotivado, los pasajeros del avión confían en que es un profesional y que, por lo tanto, seguirá los procedimientos y protocolos necesarios para no poner en riesgo la vida de las personas, independiente de su estado de ánimo. En términos simples, cumplir con sus obligaciones.

La motivación, según su definición, es un motor interno que permite lograr ciertos objetivos y metas, pero, no hay que confundir esto con el logro y el cumplimiento de obligaciones.

En el contexto del trabajo diario, se refuerza siempre la motivación como un elemento fundamental para lograr objetivos, sin embargo, hay que tener claridad respecto al alcance de ella. Es algo así como el déficit atencional que, hoy por hoy, es la excusa para todo.

Consideremos un trabajo determinado y dos escenarios hipotéticos. Pintar una pieza. Una persona motivada probablemente: lo pinte más rápido, se fije en todos los detalles, etc. Una persona desmotivada probablemente: lo pinte más lento, no se fije en los detalles, etc. Pero, considerando que en los dos casos se ha "contratado" el servicio de un "maestro", es decir, un pintor, ¿Es razonable o atribuible que en el primer caso la pieza quede bien y en el segundo no? Y no me refiero a los detalles, me refiero a la tarea "pintar la pieza". Lo esperable es que en los dos casos la pieza quede bien pintada y, en el caso de la persona más motivada, quede mejor. Pero, la tarea inicial, se debe realizar de todas maneras.

La motivación nos permite movernos hacia nuevos estadios, innovar, empujar y, utilizando la palabra tan de moda, emprender. Pero no debe usarse como una excusa para no hacer y/o no cumplir con aquellas cosas que son mínimos necesarios para poder, en el más simple de los casos, cumplir con las obligaciones en un trabajo. Hay cosas que, lamentablemente, se deben hacer.

Dado este escenario, y considerando que la rutina siempre agota, la motivación debe ser el motor que permita movernos hacia lograr objetivos que vayan más allá de las obligaciones y, esto, no sólo aplica al mundo laboral. Los hobbies son un buen ejemplo. Otro ejemplo, son las obligaciones de ser papá, que no se pueden evitar. Hay que cumplir con ellas (ojalá).

La magia, entonces, está en cumplir con las obligaciones de la mejor manera posible para poder, después, dedicarse a otras cosas. Aquellas que, a la larga, llenarán el espíritu. Aquellas en donde realmente se pueda innovar, mejorar, crecer, etc. A la larga, no sirve de nada tener pendientes.

Entonces, el tema de fondo es dónde quieres estar...

¿Cuestionándote las obligaciones o con tiempo para realizar cosas nuevas?


NOTA: Por si acaso, la historia del principio no es real y sólo es un ejemplo para reforzar el objetivo de este post.